Delimitaciones Inciertas - Reforma 917


El pasado jueves 9 de mayo en el espacio Reforma 917, ubicado en el centro histórico de la Ciudad de Puebla, se inauguró la primera exposición (De) Limitaciones Inciertas, donde se presentaron estudiantes de artes plásticas, egresados de la UDLAP y otras universidades y colectivos tanto en Puebla como en la Ciudad de México para exhibir sus proyectos sobre la territorialidad y la desterritorialización en Puebla, para cambiar la noción del arte que se produce y exhibe en la ciudad. 

Entre ellos se encuentran Alberto Fiocco, Alex Flores, Antonio Barrientos, Armando Cuspinera, Atzell González Mier, Carlos Arroyo, Cassandra Nolasco Coffier, Cath Lescieur, Colectivo de la 15, Diego Olmos, Diego Tlácuatl, ERROR, Estefania Viyella, Frida Cano, Frida Mota, Gisselle, Interacciones, Isaac Olvera, Iván Écatl, Iván Mejía, José Fer Casas, Laura Juan, Majo Benítez, Marcela Roldán, María Vez, Michel Cárdenas, Montserrat Llampallas, Nicanor Escalera, Nina Fiocco, Oscar Formacio, Pamela Gallegos, Paola Medina, Perla Basulto, Santiago Robles, Santo Miguelito Pérez, Sebastián Ángel Servín, Sofía Islas, Thaya Pitaya y Valeria Huerta, quienes presentaron sus piezas que son registros, fotografías, instalación, perfomance, bordados, cuadros, entre otros, en relación con el tema de los territorios y las actividades que suceden en la ciudad de Puebla a través de las manifestaciones artísticas contemporáneas. 

La exposición presenta un panorama donde el arte de este territorio está dejando de ser estable debido a que la producción actual responde a prácticas tradicionales y las instituciones son porosas e inciertas, por lo que los artistas contemporáneos operan de forma efímera y en la lógica de políticas de un territorio costumbrista que es Puebla, permeado por fuerzas que se conjugan en sí, para promover la incertidumbre. Las piezas que se exhiben en la exposición son una muestra de proyectos que buscan una grieta en el territorio, sus puntos débiles en las fronteras y las incertidumbres en los límites. 

En el caso de los artistas, ellos investigan y cuestionan el concepto de territorio geográfico, político e identitario, la territorialidad del espacio, el cuerpo y su trabajo de desterritorialización y la apropiación del espacio público a través del registro, la acción y desplazamiento. Dicha muestra toma una agencia en las formas institucionales que las propone de forma flexible, maleable y útil que nos ofrecen las piezas de dichos artistas para el territorio y el uso del cuerpo.

Desde un principio, tras ingresar a la puerta y dirigirme hacia el vestíbulo, se reunieron los integrantes del espacio, artistas e invitados para que Daniela Arroyo dirigiera unas palabras. Después inicié el recorrido para conocer y observar las piezas, que abordan el tema de la territorialidad, en una habitación azul me encontré con una intervención que decía Decolonízate (2019), de Iván Mejía y una tela pintada en rojo con la frase Fuck Art, Save The World, de Sebastián Ángel Servin. Continuando el recorrido, me dirijo a un pasillo y de lado izquierdo encuentro tres piezas realizadas por el equipo de ERROR, tales como Perifieria blanca (2014), de Oscar Formacio que me remite a relieves. Más aún, en las paredes se observan unos viniles y gráfica realizados por Valeria Huerta y Frida Cano, titulados Gráfica Espiral (2018) para representar la gráfica intervenida en espacios públicos y también unos textos escritos al fondo del pasillo, y en el baño podemos encontrar un video de Isaac Olvera Taxista de Tampico (2009). Nuevamente regreso al vestíbulo hacia otra sala, donde se exhibe Máquina de escribir (2016-presente) de Armando Cuspinera que incluye una máquina de escribir que puedes escribirla y hay muestra en el muro con fotografías ya algunas hojas escritas por personas a través de la máquina. En dicha sala también la instalación, video y registro fotográfico de Merienda en la Isla Palmera (2018) de Perla R. Basulto, Giselle Abraham y Thaya Pithaya, que refiere la hora del té en medio de una isla ficticia que crearon y cómo lo disfrutan las personas de la élite y sin importar en donde se encuentren. 

Por una parte, tras regresar al vestíbulo me dirijo a un patio donde se cuelgan unas lonas publicitarias de Sofía Islas tituladas Renta/Venta de lonas (precio negociable) (2018). Posteriormente avanzo hacia unas salas donde se presentan obras sobre la territorialidad, tales como Residuos (2017-2018) y Un lugar que ya no está aquí (2017-1018) de Alex Flores, quien recogió materiales de casas en ruinas debido al sismo del 19 de septiembre y los transforma en arte y cubre con un casetón; Registro fotográfico de intervención pública y Archivo personal de Stickers (2006 –presente) de Thaya Pitaya, que utilizó utilizó los stickers para pegarlos en diferentes espacios públicos en lugares del mundo a través de la fotografía; Barroco de Anónimo (2018), donde censura con color verde la información personal de un documento de juzgados por vandalismo; 1519-2019: cinco siglos de esteticidios en lo que hoy es Puebla (2019) de Iván Mejía, que es una instalación que representa con algunas imágenes de la historia de México y un proyector que refiere sobre lo ocurrido desde la conquista hasta nuestros días e invita a una reflexión. 

Por otro lado, tras bajar al sótano se presentó una instalación inflable de Ana Paula Trigo, titulada Bacteria (2018), que se trabajo y se introdujo en el inflable el semestre pasado. Además, a la derecha encontraban otras piezas, como las de Carlos Arroyo, que es un conjunto de tarjetas titulado Souvenirs: estudios arqueológicos (2018), una instalación con estacas de madera que colocadas para imitarlas como lo hizo en la base de un puente peatonal con fotografías y video que se titula Contra Decadencia: Ruinas de Tlahuapan (2018), y delante a la izquierda nos encontramos un pasillo que cuelga fotografías tituladas Espacio articulado (2019), donde Carlos tomó con sus manos el sol y un vídeo al fondo que habla sobre el sol y se titula Entre soles (2019); Día de Mayo en Puebla y Construcción (2018), de José Fer Casas, en colaboración con María José Benítez que representa un foto-collage digital con fotografías tomadas de Instagram de una diputada de Nueva Alianza que publicaba aspectos del turismo en Puebla; Pasillo (2019) de Interacciones, Puebla, que representa en pantalla un avión que delimita su espacio y se encuentra atrapado y objetos que tienen para difundir su colectivo y fotografías del grupo, entre otras piezas del sótano. 

Por otro lado, continué mi recorrido al subir y en las paredes me encontré con tres lienzos que son dibujos de María Vez titulado Un montón de Perras Gordas (2019), quien representa perros con cuerpo de mujer que denota el desnudo y erotismo y se titulan Un montón de Perras Gordas (2019), donde se trabajan los temas del uso el cuerpo y otras cartografías. Tras ingresar hacia una puerta de lado izquierdo y recorrer un pasillo, encontré una sala con la pieza de Laura Juan Joaquina (2015), donde se crea un personaje femenino a través de la construcción fotográfica en un maniquí y el vídeo de Nicanor Escalera Intervalos (2013), donde se proyecta el ejercicio de pintar puntos con tinta en la mano y muñeca derecha; y al caminar hacia el pasillo derecho vemos las piezas de Pamela Gallegos Si Mi Bolsa Hablara (2017), remiten el acoso sexual y feminicidio de Puebla a través de unas bolsas de mano, Cartografías identitarias (2017-2018) de Cassandra Nolasco con intervenciones de mapas y documentos; de Frida Cano en Pedazo de Basura espacial (2017), donde transmite un video a través de una tela sobre ella de fiesta a través de cuatro bordados.
Posteriormente, me dirigí a través de un pequeño pasillo a la siguiente sala donde se exhibe la pieza de Marcela Roldán, ¿Dónde Chicago? Where is Puebla ? (2018) que presenta fotografías de negocios mexicanos en Chicago, Estados Unidos y unas bolsas que te puedes llevas que representan el escudo nacional. Así como las piezas de Frida Cano de Pedro Fernández (2018), donde a través de la fotografía se disfraza de hombre para realizar actividades con sus amigos que son la fiesta e incluye una instalación de cama, espejo y buró que remite a su habitación y los objetos que posee; This is a Landscape (2019), de Cath Leicesiur que interviene en vinil un espejo, llevando el mismo nombre que puede remitir a al paisaje que es verse al espejo; Favor de vestirse con este lugar, de María José Benítez (2018) que cuelga una chamarra de plástico con adhesivo; Estudios de la mirada (2018) de José Fer Casas que se disfraza de mujer y pintándose de azul la barba mientras transita en la ciudad como un turista y así como un vídeo muestra su transformación; Coyotl (2018), de Perla R. Basulto que utilizó cabezas de coyote como espíritu animal para guiar a la persona al más allá y colocó cabezas de yeso en puntos del centro como un muestra de transición de lugares, estas cabezas se encentran localizadas en algunos puntos de la casa para remitir a la pieza; Mapa (2019) de Nina Fiocco, que formaron parte de un vídeo tomado en la azotea de una casa en el centro de Puebla; la pieza de Atzell González Escuela de Atenas (2018) con registros de la palabra y el lenguaje; mientras en la otra sala se presentó un performance de Monsterrat Llampallas en una sala donde ejecuta movimientos coreográficos y dibuja en el suelo con gis formas geométricas, entre otras obras que se exhiben en el segundo nivel.

Por último, tras finalizar mi recorrido de la exposición, me quedé reflexionando sobre las piezas exhibidas, y me di cuenta que el territorio en el que vivimos demuestra la realidad en los lugares que habitamos, el espacio público, el uso del cuerpo y demás temas que se trabajan para representarlos en dibujo, fotografía, instalación, video, performance, registro e investigación que parecen fundamentales para lo que se está viviendo en la ciudad de Puebla y la necesidad de tener mayor producción y exhibición de arte contemporáneo, para de esta forma alejarse del repertorio nacional. 

La década de 1990 fue importante porque surgió un boom del arte contemporáneo para el país, se formaron importantes artistas con ideas y prácticas que se dieron en Europa y Estados Unidos, así como numerosos colectivos, grupos y espacios independientes que presentaron manifestaciones artísticas ajenas al carácter tradicional de las academias, para poder rebelarse y demostrar desde una perspectiva que el arte ha cambiado desde los años sesenta con el posmoderno y en la actualidad demuestra nuevas prácticas y técnicas que se expandieron hacia el país y se produjeron en mayores cantidades de obras Para su exhibición en varios museos. Durante este periodo, surgieron varios museos dedicados al arte contemporáneo.

La exposición (De) Limitaciones Inciertas es una muestra de la producción de arte contemporáneo en Puebla que se aleja de los cánones tradiciones que la ciudad tiene para los visitantes nacionales e internacionales, y ofrece nuevas prácticas que se efectúan gracias a la iniciativa de los estudiantes y artistas plásticos que a través de la investigación y proyectos artísticos representan realidades de manera diferente a la que los poblanos están acostumbrados. Además, esta exposición invita a reflexionar sobre territorialidad en sus diferentes temas y prácticas artísticas que demuestra una realidad en la que nosotros estamos viviendo. Por lo que es recomendable visitarla durante el tiempo que se exhiba en Reforma 917 y se invita al público en general en recorrer y tenga la posibilidad de valorar y apreciar en buena medida el arte contemporáneo de la ciudad, cuestionando el espacio que nos rodea para proponer otros caminos que definan el territorio. 


En suma, la exposición visitada fue una experiencia importante debido a que en Puebla ya se necesitaba este tipo de espacios para el arte contemporáneo, y se trata de una iniciativa de los estudiantes en aportar un proyecto que involucre a estudiantes, egresados y artistas plásticos que hablen sobre la territorialidad para delimitarla, desbordar límites y fronteras que nos impiden el paso hacia una política territorial que en Puebla es costumbrista y conservadora. Por último, el espacio visitado demuestra ser un lugar para la exhibición de las prácticas contemporáneas que se dieron durante las últimas décadas del siglo XX y albergar el trabajo de numerosos artistas y curadores para construir con base en las nuevas prácticas posmodernas que se expandirían posteriormente alrededor del mundo y el arte contemporáneo nacional seguirán generando espacios que alberguen a muchos artistas, quienes formarán parte de la plástica producida en los últimos años.

  
  
 

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